Mujeres Yeses

Aproximadamente unas seiscientas mujeres han pasado por Teatro Yeses a lo largo de estos años. Unas –las más- fueron actrices; otras se encargaron del vestuario; algunas hicieron de traspuntes o regidoras; las hubo que pintaron telones; estuvieron quienes sabían cantar o bailar; y llegaron, en fin, quienes no sabían muy bien qué podían hacer pero querían hacer algo.

     Elena Cánovas con 2 chicas Yeses (en los primeros tiempos de la compañía)
Elena Cánovas con 2 chicas Yeses (en los primeros tiempos de la compañía)

A lo largo de nuestra historia han destacado muchas mujeres por su especial entendimiento de la escena. Unas han sabido pisar el escenario. Otras decir con convencimiento. Otras han cantado o bailado. Muchas de ellas se han entregado al sentir del personaje. En cierta ocasión una interna que no sabía leer, llegó a aprender de oído el papel que le leía una compañera, para acabar diciéndolo con soltura y buen sentido. El teatro, salvo excepciones, no ha tomado tiempo en sus vidas, y sin embargo, ahí han estado, en el escenario yeses, desafiando a las musas, siempre caprichosas. Algunas de estas mujeres ocupan un puesto de privilegio en el cuadro de honor del recuerdo que con estas páginas evocamos.

Sebastiana López

Sebis, pertenece a la primera época de Yeses. Representaba papeles casi siempre masculinos. Cuando se presentó al taller se ofreció exclusivamente para colaborar principalmente en la escenografía y utilería de las obras. Aseguraba tener «pánico escénico», y se negaba a subirse al escenario. Un día, en un ensayo, mientras pintaba un telón, harta de escuchar las indicaciones que la directora del grupo estaba dando a una compañera, soltó la brocha y dijo: «¡Te está diciendo que lo digas así…! Y lo hizo. Desde ese momento no hubo forma de que se bajara del escenario. En 1987, en la primera salida de Yeses al exterior, para participar en la Muestra Cultural del Mundo Laboral de la U.G.T., en competencia con otros grupos, recibió el premio a la mejor interpretación.

Sebastiana López (Sebis)
Sebastiana López (Sebis)

Carmen Zarza

Es un símbolo para Yeses. Representa perfectamente esta doble identidad teatrera y carcelaria del grupo. A Carmen le rodeaba el cuerpo la cárcel casi como una presencia metafísica, pero tenía el corazón hecho de teatro y por él se escapaba una y otra vez de las rejas. Protagonizó muchas de las obras que representamos, pero además llegó a ser personaje protagonista de algunos de nuestras creaciones, como en uno de los relatos de Quién le puso a mi vida tanta cárcel, cuyo título se inspira por mitades en Miguel Hernández y en ella. Interpretaba sin esfuerzo. Su aparente facilidad generaba un magnetismo que invadía la sala captando a cada espectador como si estuviese haciendo una representación privada para cada uno de ellos. Era líder natural del grupo dentro y fuera del escenario, generosa en dedicación y leal al teatro a costa de lo que fuera. Sus interpretaciones de La Chusa en Bajarse al moro, o de La Filo en Mal bajío, nos quedan como modelo. Yeses tiene ya para nosotros un cierto halo legendario. Cuando evocamos esa leyenda, oímos recio y limpio el timbre siempre perfecto de la voz de Carmen, e imaginamos su gesto siempre justo.

Carmen Zarza en Bajarse al Moro
Carmen Zarza en Bajarse al Moro

Isidra Cabezuelo

Ha sido la valentía escénica más grande de Teatro Yeses. Sus interpretaciones de mendigo en «El triciclo» de Fernando Arrabal, de Jaimito en «Bajarse al moro», de José Luis Alonso de Santos, o de Lunia Rustica en Libertas libertatis, creación para el grupo presentada en el Fórum de Barcelona, son tres ejemplos de una inteligencia teatral poco común. Isi –así la llamábamos- aceptaba los retos y disimulaba su dificultad. Supo encontrar como nadie la comedia en esa mezcla de amargura e ingenuidad que constituyen la debilidad humana. Las interpretaciones de Isi parecían vuelos de ese «ángel fieramente humano» con «grandes alas de cadenas», del que hablaba Blas de Otero.

Isidra Cabezuelo (de azul a la derecha)
Isidra Cabezuelo (de azul a la derecha)

Cristina Cobaleda

Ha sido para Teatro Yeses mucho más que una actriz. Ha supuesto un punto de apoyo del grupo en numerosas ocasiones. Cuando las dudas nos han acuciado, cuando no hemos sabido resolver tal o cual cuestión, Cristi nos ha iluminado con un mero comentario preciso e ingenioso. Cuando la zozobra nos ha zarandeado, ella nos ha protegido como una madre inmensa, como una diosa antigua y mítica. Sus interpretaciones han sido la personificación de la ternura. Nos enseñó cómo desde el desgarro fatal se puede alcanzar el amor. Verla interpretar a Carmen, esa alta funcionaria perdida a las tantas en el metro, en «Solos esta noche», de Paloma Pedrero; a Dalia, la amante del gangster en «Marcado por el típex» de Antonio Onetti; y sobre todo a esa vieja loca en torno a la cual gira toda la peripecia de «La Orgía» de Enrique Buenaventura, es lo mismo que quererla.

Cristina Cobaleda, en el centro
Cristina Cobaleda, en el centro

Hay otras mujeres yeses que no han sido internas, más bien externas, pero que han interpretado un papel esencial en la consolidación del taller de teatro. Su apoyo en determinados momentos significó conquistas concretas que le dieron al grupo una creciente consistencia.

Mercedes Belaustegui

directora del centro penitenciario femenino de Madrid cuando éste pasó por la vieja cárcel de Carabanchel, dio al grupo la posibilidad de hacerse mayor, autorizando la entrada de profesionales de la escena (actores, músicos, etc.) para que pudieran trabajar con las internas. Esto significó la normalización del trabajo al propiciarle al grupo una composición artística semejante a la que tenían los del exterior. Mercedes, una mujer que mezcla instintivamente la eficacia con el atrevimiento, creyó al igual que nosotros, que la actividad cobraría mayor fuerza resocializadora cuanto más se pareciera a como se hacía fuera. De su entendimiento y su apuesta de entonces, procede la presente fórmula de trabajo y el crecimiento progresivo de Yeses.

Rosa Rodríguez

Subdirectora de tratamiento, primero en Carabanchel y después en Alcalá, conoció a Yeses y adoptó al grupo para siempre. De su cariño institucional proviene el hecho de que hoy nos sintamos parte comprometida con la complicada, y a menudo nada bien reconocida tarea, que las mujeres y hombres desempeñan en y para las cárceles. Rosa se ha convertido para nosotros en un apoyo multifacético que ha trascendido sus propias obligaciones, dotando a su cargo de una generosidad social que prestigia la función pública. De la mano de Rosa el grupo hizo su primer viaje internacional. Yeses actuó en Berlín en el III Encuentro Europeo de Teatro y Prisión. Esa mezcla que ofrecimos de internas, actores y una funcionaria, hizo a otros penitenciarios europeos abrir unos ojos como platos, mientras que nosotros, guiados por Rosa, con la naturalidad del que no se da importancia, nos dedicamos a ese ejercicio que a menudo se nos da tan bien a los españoles de sorprender al mundo (positivamente).

Rosa Rodríguez (cuarta sentada desde la izq)
Rosa Rodríguez (cuarta sentada desde la izq)

Asunción Miura

Nuestra Choni- fue directora general de la Mujer, de la Comunidad de Madrid. A la fecha de esta publicación, es directora del Plan de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid. Estamos seguros que en el futuro nos seguirá apoyando como lo ha hecho hasta ahora. Asunción llamó por teléfono a la directora del grupo la nochebuena de 1995, para decirle que pretendía incluirlo entre las actividades organizadas desde la Dirección General con motivo de la Semana de las Mujeres. Desde ese momento «nuestra vida cambió». En la primavera de 1996 inauguramos la costumbre que hoy se mantiene de hacer una gira por teatros del exterior, lo que nos ha otorgado nuestra característica principal, el ser un grupo de la cárcel que se pasa como tal grupo poco tiempo dentro de ella. Gracias a Asunción hemos visto el mundo. Si siempre hemos mantenido el principio de que era preciso que lo que se hiciera dentro se viera fuera, si es necesario echar lazos entre el mundo de dentro y el mundo de fuera para que el tratamiento penitenciario sea factible, el lazo trenzado por Choni es el que da razón de ser a nuestra actividad. Si el público puede aplaudirnos, es porque ella lo ha hecho posible. Desde la Dirección General de la Mujer, su actual titular Patricia Flores, continúa apoyando esta iniciativa con decisión y energía.

Elena Cánovas con Asunción Miura
Elena Cánovas con Asunción Miura
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